En
un mes comienzo la carrera de económicas en la Universitat Pompeu Fabra en
Barcelona. La decisión de hacer esta carrera ha venido marcada por los
recientes acontecimientos que están conduciendo la geopolítica mundial hacia
una nueva era. Siempre había tenido en mente cursar derecho con el objetivo de
algún día llegar a ser diplomático. Pero tras arduas deliberaciones conmigo
mismo tomé la decisión de optar por las económicas. He aquí el porqué:
Estudiar
derecho es una carrera muy bonita e interesante la cual te abre cientos de
puertas y ramas profesionales por las que optar. Pero a pesar de esto, el
derecho es relativo y completamente perspectivo y subjetivo, cada territorio
tiene sus propias leyes las cuales vienen motivadas principalmente por
intereses políticos y económicos de los gobernantes de turno. Ergo, si
estudiase derecho español quedaría estancado en el territorio español debido a la
falta de universalidad de las leyes.
Por
otra parte, economía es la propuesta más firme y contundente para dar respuesta
y solución a los problemas geopolíticos derivados de la economía planetaria
actual. Esta carrera me brinda la posibilidad de entender la situación en la
que estamos inmersos, saber aplacarla y aprovecharse de ella. De igual manera,
esta carrera es completamente formal con grandes dosis de matematicas avanzadas
y teorías económicas esenciales para manejarse en la sociedad del siglo XXI.
Este
escrito es una mera reflexión personal plasmada en papel, pero mis preguntas
surgen al pensar en el futuro, cuáles serán los próximos acontecimientos que
marcaran las vidas de los de nuestra generación.
Yo,
como economista novel y con nociones básicas sobre lo que está aconteciendo
ahora mismo, me gustaría tener la oportunidad de preguntar al señor Krugman, al
señor Stiglitz, o a Cristopher Sims cuál es la hoja de ruta económica del futuro.
Yo
como persona de nacionalidad española, ciudadano europeo de pleno derecho (por
ahora) y estudiante de economía en un país rescatado e intervenido en cierta
medida por el Diktat, con una prima de riesgo y unos intereses desorbitados por
nuestra deuda, con un 26% de paro y un 55% de paro juvenil, con 159 desahucios
diarios y un 7% de déficit, ¿yo que puedo hacer?
Mi
sentido común me dicta que tengo que huir (ojo! huir, no emigrar) de este país
de pandereta y dirigirme a algún sitio donde tenga un futuro de calidad
garantizado, Suiza, Suecia, Dinamarca, Australia, Canadá… y allí empezar una
nueva tal y como nuestros abuelos hicieron…
Por
favor, señor Krugman, Stiglitz o Sims, ¿ustedes en mi situación qué harían?
Acabo
este artículo, el primero desde hace casi dos años, deseando suerte a todos los
futuros estudiantes y economistas.
Sé
que el texto está desorganizado y presenta errores estructurales pero es una
redacción rápida.
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